ORGULLO DE MAESTRA

Una profesora es tierna como mimosín, tiene una memoria de elefante, ojos por todos lados de la cabeza, un filtro nasal, orejas biónicas con control de intensidad, ocho brazos como un pulpo,una vejiga de cinco litros, espalda y rodillas a prueba de todo y un sistema inmunitario revolucionario



sábado, 16 de septiembre de 2017

EMPEZAMOS DE NUEVO

Son muchas las familias que están viviendo estos días el periodo de adaptación de sus hijos escolarizados en Educación Infantil. 
El niño se ve rodeado de elementos distintos: el espacio, los objetos, las personas o sus comportamientos. Por tanto, según estos principios, es esperable que todo ello, combinado y a la vez, infunda en el niño inseguridad, miedo o ansiedad; sentimientos que, además, deberá sobrellevarlos acompañado de una persona a la que, probablemente, ni haya visto antes.
El niño observa que las personas con las que tiene un vínculo afectivo fuerte le dejan en un lugar extraño, sin posibilidad de recurrir a ellas, porque se van. Además, el niño no ha adquirido todavía el concepto de tiempo. Así, la frase del padre o de la madre: "Te recogeré después, no llores", carece de sentido. Por ello, para cualquier niño, la escolarización primera supone un "abandono hasta no se sabe cuándo" de su familia; abandono, eso sí, acompañado de otros iguales que manifiestan la misma desazón. Y estos sentimientos se multiplican y se contagian.
Los docentes tratan de dibujar del mejor modo posible este ambiente hostil. Los tutores de curso intentan dar respuestas adecuadas a las necesidades, tanto de los niños como de los padres, planificando los factores más favorecedores a cada situación y a cada contexto, procurando que el cambio sea lo menos brusco y lo más satisfactorio posible, y organizando un periodo de adaptación lo más adecuado posible para las familias, para que estos primeros tiempos de escuela sean asumidos sin dificultades extraordinarias.
Es importante para los educadores la consideración del tiempo madurativo de cada niño y el respeto a los ritmos personales, para ayudar a que cada uno encuentre la respuesta a ese conflicto interno lo más felizmente posible. No debemos olvidarnos que cada niño también colabora en su propia adaptación.
Un poquito de paciencia y mucho cariño son los ingredientes mágicos para que esta incorporación sea lo más llevadera posible para nuestros pequeños y pequeñas.
Aquí tenéis un presentación de fotos. No se os olvide activar la música en el margen izquierdo, abajo, altavoz que esta con una cruz.

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