LA VUELTA AL REDIL

Ya volví al cole. Los maestros, a veces, nos sentimos súper héroes, de esos que "¡ay!, si falto ¿qué será de mis niños?, ¿me extrañarán?, ¿trabajarán bien?,..." y no sé cuántas cosas más pasan por nuestras cabezas. Hasta que no nos pasa algo por lo que indiscutiblemente no puedes aparecer por el cole en unos dias, te das cuenta QUE NADIE HAY IMPRESCINDIBLE EN ESTA VIDA.

Los niños-as te extrañan, claro, al igual que tú a ellos. Se amoldan a las nuevas circunstancias y al nuevo maestro o maestra de maravilla. Trabajan igual, o mejor que cuando estaban contigo. De otra forma, quizá sí, pero la capacidad de adaptación de estas edades es incríblemente asombrosa.

Estoy muy contenta de volver a la clase con mis cachorrillos y sus familias me han dado un acogimento entrañable. No esperaba menos, la verdad, porque tengo unos padres maravillos (los niños son míos, los padres también)

¡Y la acogida de los niños! Es algo envidiable de cualquier etapa educativa :"seño te quiero, seño que guapa estás,..." Cada uno expresa sus sentimientos de la forma más noble y sincera que te puedas imaginar, sin miedo a perjuicios ni al qué dirán, sin sentir vergüenza,... Esto no se paga. CREO QUE ME JUBILARÉ SIENDO MAESTRA DE INFANTIL. Bueno, como dice mi hija Laura cuando no está segura de algo "creo eh, creo "

Besitos para todos y muchas gracias a la seño Beatriz por cuidar tan bien a mi rebaño.