A la hora de educar a nuestros hijos se nos plantean muchos interrogantes y, muchos de ellos, vienen a consecuencia de los comportamientos no adecuados que queremos desterrar en los peques.
Cuando un niño o niña se porta mal solemos recurrir, casi por inercia, al castigo o reprimenda de lo realizado.
¿Nos planteamos el decirle simplemente a mi hij@
"mira cariño esto no le debes hacer por ... y es mejor que hagas..."? Pues creo sinceramente que no.
Con esto no quiero decir que no se castigue a los niños ni se los reprenda. ¡Por Dios, no vamos a dejar que cada uno se críe como le venga en gana! Pero hay que tener en cuenta muchos aspectos antes de aplicar un castigo:
- Estableced unas normas que deben ser conocidas y aceptadas por todos, porque gusten o no, hay que hacer entender que son por el bien de todos y lo que pretendéis es educarles para que sean personas correctas y formadas.
- Cuando reprimas a tu hij@ ofrécelé la forma en la que se debe de comportar para que no vuelva a ocurrir. Por ejemplo, si pega a su hermano por quitarle el balón, dile cómo se lo tenía que haber pedido y, en caso de haberse negado, te lo hubiera dicho a tí para dialogar juntos y resolver el problema. Aquí uno de los puntos importantes: EL DIÁLOGO; tenemos que hablar con nuestros hij@s y explicarles el por qué de las cosas. No le castigas porque sí, sino que hay que hacerle reflexionar para que no vuelva a ocurrir.
- Actúa siempre de la misma manera ante la misma situación. No puede ser que un día le castigues por un mal comportamiento y otro día, por el mismo, no le digas ni pun. No debemos dejarnos influir por nuestro estado de ánimo o por los nervios del momento. Yo muchas veces en las tutorías les digo a los padres "antes de tomar una decisión, cuenta hasta 10 ".
- El castigo debe ser inmediato y proporcional al mal comportamiento. No le digas " pues cuando venga tu padre ...." o por tirar un vaso de leche le vas a tener un mes sin ver la tele. Por cierto, no olvidemos que cuando le separes de tí sentándole en una silla, por ejemplo, o le quites lo que le guste,..., sea siempre por un tiempo corto y adecuado a su edad. Después hablemos con nuestro peque, le explicamos que mamá o papá se han puesto muy tristes y que reflexione sobre las consecuencias de ese mal comportamiento.
- A veces la ignorancia es lo más efectivo . ¿Cuánto tiempo estamos con nuestros hij@s al día?¿No nos damos cuenta que a veces no saben cómo llamar nuestra atención y encuentran en las trastadas el mejor aliado para que papá y mamá estén pendientes de él o ella? Si, por ejemplo dice una palabrota, haz como si no le hubieras escuchado, dedicaos a otra cosa. ¿No hay un refrán que dice que "No hay mayor desprecio que no hacer aprecio"? La conducta que no se refuerza acaba erradicándose.
- Ligado con lo anterior está el no olvidarte de alabar a tu hij@ cuando hace las cosas bien y decirle lo contentos que están papá y mamá porque se está portando como un campeón o campeona. Ahí deben los niñ@s sacar la conclusión de que tienen toda nuestra atención en los buenos comportamientos.
- Y, una cosa muy importante, unidad de criterios entre los educadores, ya sean padre y madre, ya sean familia y escuela. Esto es súper importante. Los educadores no podemos llevarnos la contraria ni degradarnos los unos a los otros delante de los niños. Estaríamos perdidos. Tenemos que tener muy claro que todos queremos lo mismo: EDUCAR A LOS NIÑ@S. Si tu marido regaña a tu hij@ y tú crees que no lo ha hecho de la manera correcta, no le digas nada en ese momento, no le quites la autoridad. Cuando estéis solos coméntale tu desacuerdo y que crees que debería haber actuado de otra manera. Lo mismo si el peque llega a casa y te dice que su seño le ha reñido. No le hagas comentarios del tipo "es que la seño la tiene tomada contigo " o "pues se va a enterar tu seño cuando yo vaya mañana al cole ". Pide una tutoría y comentáis lo sucedido. Es lo mejor, os lo aseguro.

Esta imagen da mucho que hablar, ¿verdad? Bueno pues ni una cosa ni la otra, siempre pasa que nos regimos por la ley del péndulo, vamos de un extremo a otro, siendo muy difícil encontrar el término medio. Así hemos pasado del castigo como único medio de enseñar al niño lo que no debe hacer a no poder decir a los niños nada que les contrarie porque se traumatizan. Pues miren señores, ni una cosa, ni la otra. Buscaremos el término medio, hablando siempre aquí de castigo como la privación de algo que le guste a mi niñ@ o dejarlo un "tiempo fuera" para que reflexione, pero siempre primando el respeto, el diálogo y el cariño.
No te canses de decir a tu hij@ cuánto le quieres y que todo lo que haces es por su bien. Mi madre me lo repetía miles de veces y ¿no parece que haya salido mala cosa, no? Pero cuidadito con los achuchones, sino mirad la foto que os pongo .¡Pobre criatura!
Bueno pues creo que podríamos estar hablando de esto sin ver el fin, pero para reflexionar y dar algunas ideas creo que ya está bien, ¿no? Nuestro objetivo :
CRIAR Y EDUCAR NIÑ@S FELICES
Por cierto, esto va dedicado a una "mamá desesperada" que me mandó un e-mail. ¿Sabes? Yo también tengo momentos de "mamá desesperada". Besitos.